Esta es una obra imprescindible para conocer la evolución que ha experimentado la formación de pilotos de Líneas Aéreas en España, su regulación legal y las alternativas que se ofrecen en un campo en constante evolución. El autor, piloto y jurista, director a su vez de una Escuela de Pilotos durante varios años, ha reflexionado largamente acerca de los conocimientos, habilidades y actitudes que debe poseer quien aspira a ponerse a los mandos de una aeronave. En una primera parte hemos querido ofrecer el sugestivo panorama de la aeronáutica española desde sus inicios hasta nuestros días; los hitos más relevantes de esta larga trayectoria son analizados detenidamente y, como cabía esperar, nos hemos referido a la creación de la primera Escuela Militar de Pilotos de Cuatro Vientos y su homónima Civil de Getafe. El estudio de las bases legales constituye otra parte destacada de esta obra. En él se recoge, debidamente estructurado, todo el entramado dispositivo internacional que arranca en 1944 con el Convenio de Chicago con su anexo nº 1 referido a la formación del personal de vuelo al que España adaptará posteriormente su propia normativa, hasta la entrada en vigor en el año 2000 de la normativa Europea JAR-FCL, que ha sido la vigente hasta la entrada en vigor su sucesora las FCL. También se ha cuestionado el Autor el equilibrio entre la formación teórica y la práctica y la propia secuencia de las enseñanzas. Especialmente interesante es el movimiento que ha surgido con fuerza en algunos sectores para vincular estos estudios con la Universidad. Para contribuir a ello, el autor sugiere varias medidas, entre otras la incorporación de estos estudios a la Universidad. “Si existe –dice- la carrera de Ingeniero Aeronáutico que avala una formación técnica y humanista para aceder –entre otras cosas– a la industria de producción de aeronaves, no hay razón para que no haya otra carrera que avale la idoneidad para el manejo y control diario de los aviones”. Precisamente la concreción de unos modelos integrados de formación de pilotos es la aportación final y decisiva de esta obra, importante no sólo en sí misma sino también por las vías de reflexión que abre a nuevos investigadores.